Revolución Agrícola




La revolución agrícola británica abarca el período desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, durante el cual existió un incremento muy alto de la productividad agrícola, del rendimiento y de la producción total. Estos hechos provocaron un aumento de población sin precedentes, liberando del campo a un significante porcentaje de la población, que constituyó la mano de obra de la Revolución industrial.


Entre los procesos a través del cual se desarrolló la Revolución Agrícola, se citan los siguientes factores básicos:
  • El cercado. 
  • Avances técnicos y mecanización. 
  • Aparición de arados de hierro. 
  • Uso de máquinas sembradoras. 
  • Nuevas formas de drenaje. 
  • La rotación de cultivos. 
  • La mejora en la selección ganadera. 
  • La selección de semillas. 
  • Nuevas formas de organización económica de las explotaciones. 
  • La mejoras en los metodos de fertilizacion con huano, de las aves. 

Algunos historiadores argumentan que de hecho no hubo ninguna "revolución", sino simplemente una evolución rápida en los métodos que conllevó el gran incremento de la productividad agrícola.

También es el periodo en que se asientan y popularizan nuevas forrajeras y otros cultivos procedentes de América (maíz y papa entre ellos) que influye en este proceso.

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